Los grabados milenarios que la Cabrera ‘cristianizó’
Detalle de los petroglifos de Villar del Monte; en la foto de abajo se aprecian las herraduras y la inscripción MDCC. - Juan Carlos Campos
Hay leyendas que cuesta siglos desentrañar. La del apóstol Santiago en Villar del Monte es una de ellas. Los vecinos de esta pequeña localidad de la Cabrera conocen bien unas rocas denominadas ‘Las peñas del caballo de Santiago’, donde, según la tradición, el animal dejó marcados los cascos en su galopada hacia la vecina Manzaneda.
El astorgano Juan Carlos Campos, aficionado a la arqueología y dedicado en los últimos ocho años a localizar y documentar el rico patrimonio prehistórico de su comarca, a petición de Juan Manuel Martínez, originario de Villar del Monte, decidió examinar esta milenaria piedra «a la que nunca se le ha dado importancia».
Armado con una cámara, Campos que ha descubierto decenas de petroglifos en Maragatería, fotografió los símbolos de la roca y de otras próximas a la orilla del río Eria por la noche, con luz rasante artificial —un método que en anteriores ocasiones le ha permitido vislumbrar grabados ilegibles a simple vista—.
En estos afloramientos de cuarcita verificó la existencia de multitud de cruciformes: unas treinta cruces de trazo simple y media docena de cruces más elaboradas. También halló 60 figuras semicirculares o herraduras en cuyo interior hay una cazoleta (hueco artificial).
En uno de los paneles, superpuesta a los grabados, detectó, gracias a las fotografías nocturnas, la inscripción «Año de MDCC». Pese a esta fecha (1700), Campos intuye que algunos grabados podrían ser de la Edad del Bronce; en concreto, las herraduras, mientras que las cruces corresponderían a época medieval. Aunque compartan enclave, «parecen de universos diferentes», dice Campos. Aventura que es posible que «las herraduras se grabaran en tiempos protohistóricos o en los primeros momentos de la Historia, y que siglos después sociedades católicas cristianizasen el lugar grabando cruces encima de los símbolos que ellos consideraban paganos».
Las pistas
En códices, estelas o pinturas y cerámicas medievales la herradura prácticamente inexistente. En cambio, es un símbolo asociado a las sociedades prehistóricas y a los pueblos prerromanos. De ahí que Campos considere que las herraduras y cruces de Villar del Monte corresponden a momentos diferentes.
El ‘lenguaje’ de los petroglifos sigue siendo un gran enigma para los investigadores. Las herraduras son relativamente frecuentes en todo el Noroeste y en la meseta central. De hecho, Campos ha encontrado algunos en Chana de Somoza o en Sopeña de Carneros. Lo cual, en su opinión, indica que «no son grabados aislados». Asimismo existen petroglifos de herraduras en Galicia, en Cantabria y en Asturias —por ejemplo, en Pico Berrubia, en el concejo de Oviedo—. En este enclave asturiano también hay herraduras y cruces. El arqueólogo Blas Cortina estableció en su momento, igualmente, que se trataba de símbolos esculpidos en diferentes etapas cronológicas.
Herraduras de la Peña de Santiago
«No pueden ser casualidades», sostiene Campos. «Lo que ignoramos es lo que significan».
La célebre Fíbula celtibérica de Palenzuela que se conserva en Museo de Palencia tiene forma de caballo, en cuyo lomo tiene marcadas varias herraduras. Campos cree que las similitudes entre este pequeño bronce del siglo III a. de Cristo y los petroglifos de Villar del Monte es innegable.
Fuente: Diario de León.es
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