viernes, 25 de julio de 2014

El valor histórico del Oasis de Maspalomas hace historia


En materia de patrimonio histórico, no es extraño que los técnicos tengamos que enfrentarnos a actuaciones sobre la protección jurídica o material de lugares o restos de gran importancia y trascendencia histórica de los que no existe mucha información previa. Sin embargo, para el expediente del Oasis de Maspalomas, existe no sólo una gran cantidad de estudios y publicaciones sobre la empresa colombina y su significado en la historia de las islas, sino que contamos con profesionales de un gran prestigio científico que han estudiado los viajes de Colón en Canarias y con un Museo específico sobre el tema, dirigido por una de las mejores conocedora de la empresa colombina.

Más allá de la valiente, certera y visionaria propuesta de José Miguel Márquez Zárate, del apoyo jurídico de los servicios jurídicos del Cabildo y del decidido apoyo político a la propuesta, se ha constatado a lo largo de un año y medio de intenso trabajo por un amplio equipo de técnicos del Cabildo, que son muchas las razones para que el Oasis de Maspalomas, tenga, además de una clara y merecida protección natural, la consideración de Sitio Histórico, según la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias.

Nunca he sido un entusiasta de las circunstancias que rodearon a la figura de Cristóbal Colón, en qué creencias se justificó y se bendijo. Quizás nunca sabremos con certeza, si el encuentro o la dominación de todo un mundo paralelo y autónomo de Europa, de millones de seres, centenares de culturas, algunas de un extraordinario desarrollo histórico, tenía que ocurrir de forma inevitable, o si ese encuentro pudo darse con otras consecuencias. Ahora bien, como historiador, creo que no se puede obviar la enorme dimensión histórica de aquellos acontecimientos. Cambió el devenir de la humanidad. A partir de ahí el mundo comenzó a ser otro, y hoy somos herederos de aquella realidad. Más aún como canarios, ya que vivimos circunstancias históricas similares y, en parte, fuimos un laboratorio de muchas de las cosas que luego se implementaron en América.

Canarias jugó un papel muy importante, para el desarrollo de dicha empresa, fue un paso obligado, por lo que no cabe sino deducir que los hechos históricos que rodearon la estancia y tránsito de Colón aquí, deben ser investigados, reconocidos, y es responsabilidad de quienes nos dedicamos a esta profesión, difundirlos, para que la ciudadanía los haga suyo. El parimonio histórico, como dicen todas las recomendaciones internacionales, debe basarse, también, en la idea de acrecentamiento. Es decir, lo relevante, lo puede aún ser más, como legado y valor colectivo. Depende de la responsabilidad de quienes toman las decisiones que eso se consiga. Eso es bueno para la isla y sin duda un apoyo a su imagen, a su cultura y a su economía.

Para el caso de Gran Canaria, este planteamiento debe ser aún mas destacado, ya que un puerto, un punto donde había leña, agua salobre y potable, donde reparó una nave o donde oró o pernoctó Colón y sus marinos, contiene un gran significado histórico. En 1492, el Real de Las Palmas, era una pequeña ciudad, que tenía ya los principales órganos de poder polítco, militar y religioso, donde se asentaba una población destacada y existía un incipiente pero intenso comercio, que en aspectos como el azúcar monopolizaba gran parte de la vida económica, de las infraestrucruras y de la fuerza de trabajo de la isla. Colón estuvo en el Real de Las Palmas, conocía a alguno de los principales mercaderes genoveses y a destacadas personalidades de la época.

Si algo conocía aquél experto marino, eran las costas, los puertos y los lugares de donde obtener recursos. Su hermano Bartolomé, fue un destacado cartógrafo. Antes de la búsqueda de las Indias, Colón había viajado por la costa africana hacia el sur y contaba con información previa para la realización de dichos viajes que pasaban por las Canarias. Maspalomas, no sólo era un hito geográfico, era un lugar vital para asegurar la supervivencia de la expedición, y eso lo conocían perfectamente los navegantes. Es sintomático que fuera de los pocos topónimos castellanizados citados en el cuarto viaje de Colón. Por eso, lo relevante desde el punto de vista histórico, como se plantea en el expediente de BIC, no sólo es el paso de Colón por Maspalomas, sino el paso de otros destacados marinos como Drake y luego Van der Does, que entierra allí a los muertos de su ataque a Las Palmas y el que se sucedieran allí otros acontecimientos destacados.

Ahora bien, cuando hay personas y supuestos órganos técnicos que infravaloran todos estos hechos, sin argumentos, y cercenan la posibilidad de que un nuevo bien histórico para Canarias y para Gran Canaria, en particular, pase a ser patrimonio de toda una colectividad, su responsabilidad es muy grave. Quienes actuán así, al menos, deberían argumentar su posición con tanto rigor y trabajo como la de aquellos que justifican el valor de ese hecho histórico. Por eso, fue un despropósito y un hecho sin precedentes, la actuación de la reciente Ponencia Técnica y sobre todo que el Director General de Cooperación y Patrimonio Histórico acabara la sesión, con un pequeño escrito prediseñado que, según él, resumía su posición. ¿Podemos sospechar que es también la del ejecutivo canario? ¿Para qué invitar a los técnicos del Cabildo a un debate si ya estaba todo decidido de antemano? ¿por qué se desprecia la amplia y rigurosa documentación de un expediente de más de 6000 folios? Lo sorprendente, es que ese pequeño escrito, parecía un calco de un informe presentado por una cadena empresarial para cuestionar el Sitio Histórico, y que ha sido refutado por diversos informes y una amplia bibliografía que no citaron. En la Ponencia Técnica, no se mencionaron los informes de las instituciones consultivas, elaborados por prestigiosos investigadores, como el catedrático en Historia Moderna, Manuel Lobo o el catedrático Antonio Tejera Gaspar, autor de diversos trabajos sobre la presencia de Colón en Canarias, al que ni siquiera dejaron votar, siendo miembro de pleno derecho de ella y, que fue elegido Premio Canarias por su solvencia científica, por la misma institución que cuestiona su parecer en algo de lo que, además, es especialista. Es grave que un Gobierno hable de una Ley de Participación y Transparencia Ciudadana, y actué de esa forma.

Dado que el escrito de la Dirección General, es la base argumental de la Ponencia Técnica, pasamos a cuestionar su contenido, con los argumentos del propio expediente:

1- Sobre la escasez de fuentes que hacen referencia directa a la estancia de Colón en Maspalomas, en su cuarto viaje, hemos de recordar los informes de cualificados expertos y de distintas Instituciones Consultivas en la tramitación del expediente del Sitio Histórico, que abundan en la veracidad de aquél hecho histórico. La brevedad de una información no le resta, de ser aceptada como válida, la relevancia de un hecho.

2- Aunque es cierto que el Término de Maspalomas ocupó una extensa zona, extendiéndose varios kilómetros por la costa, el objeto de la incoación es una zona concreta, la franja de terrenos del Oasis, perfectamente definida en las unidades ambientales que la componen: el delta, el palmeral- tarajal, el borde natural del cauce del barranco, las dunas, la charca y el mar. Aunque hay otros puntos en la costa sur con agua y leña, es el Oasis de Maspalomas, donde se concentraba el mejor exponente de recursos para el avituallamiento y aguada de los navíos. Lo relevante no es el topónimo genérico y extenso, sino el concreto, vinculado al hecho histórico.

3-La parte hoy construida de la propuesta de Sitio Histórico, ocupa apenas un 3% del total. Las características espaciales, ambientales, y los recursos aprovechados por los antiguos navegantes, han continuado hasta hoy y son citados en los siglos XVII, XVIII y XIX. Nos dice el Catedrático de Ecología de la Universidad de La Laguna, José M. Fernández Palacio: la designación del Oasis de Maspalomas como Bien de Interés Cultural puede suponer un impulso importante para la protección y, sobre todo, para la rehabilitación de este ecosistema único y tan singular de Gran Canaria.

4-El Oasis se justifica en sí mismo, sin entrar en juicios comparativos con otras zonas, o con otros acontecimientos históricos, que podrían también ser objeto de protección legal. Contrariamente a lo que plantea el catedrático de Historia Contemporánea y vicepresidente del Gobierno, José Miguel Pérez, los dos únicos topónimos citados en las fuentes directas (Hernando Colón), son Las Isletas, del que no queda testigo de la costa original y Maspalomas. El puerto de Gando lo menciona más tarde Bartolomé de Las Casas y, además, su protección jurídica, correspondería hoy al Ministerio de Defensa.

En definitiva, un escándalo sin precedentes desde que se transfirieron las competencias en materia de patrimonio histórico a los Cabildos, hace más de veinte años. Esperemos que el Consejo de Patrimonio Histórico, enmiende este atropello a la inteligencia. Si la escasez de fuentes escritas cuestiona, como dicen algunos, la veracidad de los hechos, la Ponencia Técnica del otro día no existió. Pero vaya que existió, y si no se corrige su arbitraria decisión, también tendrá una gran relevancia histórica.

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