Si hay algo que caracteriza la silueta de Gran Canaria son los roques que coronan su centro. Uno de los símbolos más importantes de la isla es, sin duda, el Roque Bentayga, que se eleva 1.404 metros dentro de la caldera volcánica de Tejeda formando parte del complejo arqueológico de la Sierra del Bentayga, junto a los yacimientos de Cuevas del Rey y Roque Camello.
La Sierra del Bentayga es un ejemplo de Paisaje Cultural, la manifestación de la acción humana en un territorio concreto, percibida e interpretada, y que posee dos dimensiones: la temporal y la espacial.
La importancia etnográfica, arqueológica y antropológica de este Bien de Interés Cultural (BIC) es evidente para todos; hablamos de una espacio donde los antiguos canarios realizaron parte importante de su vida y actividad diaria: actividad ganadera, funeraria, artística e -incluso- mágico-religiosa. De todo esto nos a quedado un rico legado de cuevas que jalonan las pendientes de la sierra, en distintos estados de conservación, muchas de las cuales han sido reutilizadas por los canarios actuales para -probablemente- la misma actividad ganadera para la que se usaron hace siglos. Nos quedan los caminos y sendero, las pinturas -sobre todo en el yacimiento de Cuevas del Rey-. Y nos quedan los almendros. Estos caracterizan hoy Tejeda, obra del cambio de la vegetación en el tiempo, y son la materia prima para los dulces típicos de la zona, además de un reclamo turístico grande por su innegable belleza.
EL JUEGO DE LA LUZ EN EL ALMOGARÉN
Merece la pena destacar algo que, algunos investigadores consideran la parte más importante del Bentayga, su almogarén. Una curiosa construcción excavada en la roca, de planta cuadrada, con cazoletas y canalillos, que ha sido interpretada en ocasiones como lugar de culto. En el peculiar almogarén encontramos una cazoleta -agujero circular excavado en la roca- de 72 centímetros de diámetro.
Precisamente consideramos este paisaje cultural troglodita, un Yacimiento Estrella, por el juego de la luz en el mismo. Colocándonos en este punto y mirando dirección Este, vemos un promontorio rocoso de unos cinco metros de altura, en cuya parte más alta se encuentra una muesca en forma de “V”, donde se localiza una profunda cazoleta que -hipotéticamente-, podría haberse utilizado como base para colocar un poste. Si nos situamos en la cazoleta, mirando hacia la muesca, veremos la salida del sol en los equinoccios, produciéndose un juego de luz y sombra sobre el almogarén. Teniendo en cuenta la variación diaria de la declinación solar, se puede afirmar que la observación de este fenómeno hubiera permitido la determinación del equinoccio con un margen de error no mucho mayor a un día.
Podríamos escribir durante horas sobre este yacimiento, su belleza y su importancia para nuestro patrimonio pero, lo mejor es que lo compruebes por ti mismo, y nos cuentes tu experiencia.
www.todoestuyo.com 08/11/2014
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