En la actual provincia de Ourense, junto al pantano de As Conchas, se empezó a excavar en 1975 un complejo arqueológico verdaderamente singular, que incluye un antiguo campamento de la Legión VII Gemina y una mansio (residencia) que justificó en su día la presencia de estas tropas. La legión debió desplazar hasta allí una de sus cohortes para encargarse de la construcción, el mantenimiento y la seguridad de la Vía Nova, que unía Bracara (Braga, Portugal) con Asturica (Astorga) Es el campamento militar conocido como Aquis Querquennis, levantado junto al emplazamiento de la cuarta mansio, la de la milla 53 desde Bracara. Las propias instalaciones militares, construidas en el reinado de Vespasiano (69-79) se utilizaron para ampliar esta construcción civil en el momento en el que terminaron su misión, cuatro décadas después.
En el estado actual, los restos del campamento romano permiten al visitante hacerse una idea completa de su aspecto original, que debió ser muy parecido al que servía en la ciudad de León como base. Se conserva el trazado completo del muro perimetral, con dos de las puertas que lo abrían, la principal y la Decumana: un foso cuatro metros lo recorre por el exterior, mientras que la vía (intervallum) que sigue su trazado permite la circulación inferior a lo largo de toda la muralla.
En la zona contigua a esta puerta, ocupando una cuarta parte del total, se han sacado a al luz dos edificios dedicados al almacenamiento de trigo y otros víveres (gorrea) y dos barracones preparados para acoger a las tropas. Completa el recinto el hospital (valetudinarium) con habitaciones en torno a un peristilo, a la manera de una domus.
Los principia (el cuartel general) se levantan en el centro del campamento, en el punto de cruce de las dos calles principales que llegan desde las puertas, y forman un cuadrado de 29 metros de lado en el que se alojaban los mandos, la administración y el lugar destinado al culto, así como la custodia de los estandartes. Junto a los que defienden que se trata del campamento de la Legión VII Gemina, otra parte de los historiadores apuestan por conceder su ocupación a la Cohorte I Gallaica, unidad mixta de caballería e infantería.
El asentamiento, del que se han sacado a la luz tres hectáreas (poco más de un cuarto de su superficie total), se sitúa en la parroquia de Baños de Bande, a orillas del río Limia, y era conocido como A Cidá (La ciudad) Para disfrute del viajero amante de la historia, todavía se conservan su rampa de acceso, sus torres cuadradas y un foso.
También se pueden ver los pilares en los que se asentaban los almacenes. Los romanos eran conocedores de las propiedades curativas de las aguas termales de esta zona, que brotan en las inmediaciones del campamento, y de ahí quizá que se aprovecharan de este recurso natural para instalarse lo más cerca posible.
En este lugar los trabajos de excavación han permitido descubrir vestigios que certifican su origen romano, tales como utensilios quirúrgicos, una estatuilla que representa a un legionario y varias piezas de cerámica. Todos estos materiales están recogidos y expuestos en el museo creado para recopilar todos los restos aparecidos en la zona. Extramuros, y algo más adentrada en la presa de As Conchas, también se ha recuperado la canaba, la casa de servicios en la que se alojaban los civiles que acompañaban a los 480 militares que vivieron en el lugar desde el año 75.
Aquis Querquennis está considerado como el campamento más importante de Galicia y el mejor conservado de España gracias al agua. Su visita no defrauda. Todo lo contrario. No muy lejos de las ruinas de este asentamiento militar, si el viajero siguen la Vía Nova en dirección a Portugal y muy cerca de la frontera, se ubica los restos de otra mansio romana, conocida como Aquis Originis, que se ‘caldeaba’ con las vecinas termas del río Caldo.
Otro campamento militar de destacado interés y que ya ocupó un espacio en Lugares con historia es el de Petavonium, enclave de la Legio X Gemina en tierras de Zamora. Se pueden visitar sus restos. Más allá de la provincia de Ourense, y tras contemplar otro vestigio romano en la capital como es su puente, el viajero puede trasladarse hasta Allariz para conocer la historia de Manuel Blanco Romasanta, el hombre lobo…
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