viernes, 3 de abril de 2015

Montaña de Tindaya (La Oliva)


La Montaña de Tindaya es un pitón traquítico, cuya cima está a 400 m de altitud. En la misma se documentan aproximadamente 300 grabados rupestres podomorfos, la mayor concentración de Canarias. Estos motivos representan siluetas de pies humanos en los que, en algunos casos, aparecen bien definidos los aspectos anatómicos. Los podomorfos presentan claros paralelos con los documentados en el Norte de África (Sáhara Occidental, Atlas marroquí o Tassili N’Ajjer, en Argelia). Están ejecutados mediante las técnicas de picado, en unos casos, y de incisión en otros casos, y se sitúan en las cotas altas y medias de la montaña. El carácter sagrado de Tindaya se puede establecer por la comparación con sitios similares documentados en el Norte de África, por ejemplo en el Atlas, donde los grabados de pies sirven para sacralizar los espacios, de tal forma que lo sagrado no son los grabados, sino el propio entorno.

Los podomorfos se han relacionado con el sentido de toma de posesión, de purificación en lugares de paso, o con lugares donde se impartía justicia. Asimismo, también se han relacionado con la veneración hacia divinidades, espíritus o genios inmateriales – los “Invisibles” –, que escogen como lugar de fijación la cima de determinadas montañas, las fuentes naturales o determinados árboles, que quedan consagrados como santuarios donde se les rinde culto, en solicitud de lluvias, tierras fértiles y ganado abundante. Los estudios astronómicos han establecido orientaciones de los grabados de Tindaya hacia determinados hitos orográficos (el Teide o la isla de Gran Canaria), así como hacia eventos astronómicos significativos (solsticios, lunasticios, posiciones de algunas estrellas y constelaciones), de los que se han derivado posibles vínculos con cultos astrales.





No hay comentarios:

Publicar un comentario